Asco




Repugnante, repulsivo, asqueroso...

Y darte cuenta de que ese es el sentimiento que impera. Sin adornos, sin la necesidad de esconderse.

Esa estomagante sensación que acaban vomitándote encima y contagiándote.

Y te ves con la mirada impregnada de desprecio observando a aquella que te mira desde el otro lado del espejo.

Quieres borrarle la sonrisa de un tortazo, decirle mil cosas, pero ninguna de ellas han salido de tu boca. Las palabras que le espetas no te pertenecen pero las haces tuyas igualmentes, las sientes y te desgarran por dentro como cuchillas deslizándose lentamente hasta partirte en mil pedazos.





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