Fuck you fear



El miedo tiene muchas caras pero lo peor de él es que en ocasiones anula nuestras facultades de decisión y nos paraliza. Es capaz de crear inseguridad donde antes solo había felicidad y autoestima.  Sumerge al más optimista de los mortales en un estado de inmovilidad y pavor a lo desconocido que no tiene fin, entrando así en un círculo de auto-destrucción.

El jodido botón de la autodestrucción (con perdón)


Cuántas veces habré presionado ese jodido botón rojo imaginario que no lleva a otro sitio más que a la infelicidad, la inseguridad, la autocomplacencia fingida y la ato-destrucción. Un botón que al presionarlo, antes siquiera de ejercer la función de jodernos, nos convierte en seres pequeños que tienden a tener miedo de todo.

Entonces llegas a lo más profundo de tu mierda, tocas fondo y te impulsas hacia arriba. Vas dejando atrás todo aquello en lo que tu mismo te metiste. Y entonces lo ves, el punto de inflexión. Suele aparecer de formas diferentes. Gente que te inspira y que te saca la cabeza del culo para que vuelvas a respirar el aire puro, libros que te abren un poco los ojos y te recuerdan a quella persona que un día fuiste, antes de comenzar a tener miedo de todo. Cada persona es un mundo en este sentido y se desprende del miedo a su manera.

Ése pequeño bastardo tampoco desaparece por arte de magia, pero poco a poco va teniendo menos efecto en tu vida. El botón cada vez te parece menos atractivo y comienzas de nuevo a retarte a  ti mismo para ver hasta dónde eres capaz de llegar si dejas de  ato-compadecerte.

0 comentarios:

Publicar un comentario