¿Sueño o realidad?

Han pasado más de tres años desde que nos enamoramos de nuestra amistad, viajamos a París y grabamos aquellas bellas imágenes de museo en museo. Grabaciones clandestinas, sin permiso, a todo correr. Otras con un guión loco anclado en mi cabeza que sólo quería exportar la belleza que salía de nuestros poros.

Hoy quiero recuperar este pequeño corto, que tanta vergüenza me daba mostrar por aquel entonces. Hoy me parece más bello áun, porque lo es, porque sigue teniendo el mismo significado en mi cabeza y porque tú, Aiala, sigues inspirando más historias en mi mente.